REFLEXIÓN BLOQUE 4
Este bloque se ha
centrado en el conocimiento sobre los mitos que circulan en la sociedad sobre
la alimentación, las alergias e intolerancias alimentarias y cómo el sector de
la restauración debe dar a conocerlos así como los diferentes trastornos de la
alimentación que existen.
Este bloque me ha
servido para darme cuenta que a pesar de existir una legislación aún hay muchos
locales de restauración que no la cumplen y que deben ser los propios
consumidores quienes se interesen por su salud teniendo que preguntar a los
restauradores que tipo de alérgenos llevan cada plato.
Supongo que las
personas alérgicas o intolerantes son conscientes y se preocupan por su salud
así como antes de comer cualquier plato fuera de sus casas preguntarán por los
posibles alérgenos. Esto no quita para que se cumpla la legislación.
También me ha
servido para ser algo más consciente que los mitos sobre la alimentación y sus
trastornos es una problemática cada vez mayor en la sociedad, en parte debido a
lo que nos venden en las televisiones, revistas,…
Por ello creo que como
docentes podemos aportar nuestro granito de arena y dar a conocer a nuestro
alumnado este tipo de información así como estar más atentos para detectar de
manera temprana posibles problemas y comunicarlo a las familias.
Por experiencia sé
que un trastorno de alimentación no es “un jardín de rosas”. Sólo aquellos que
han estado cerca de alguien con un trastorno alimentario saben lo difícil que
es tratar con estas enfermedades.
En muy pocos casos
se resuelven al 100%, por norma general los pacientes tras años de tratamientos
médicos pueden llegar a convivir con dichos trastornos y mucha medicación el
resto de su vida. Por desgracia, en no
pocos casos dichos trastornos destruyen a los afectados y a sus familias al
completo puesto que dichas “enfermedades” no son sólo físicas sino que tienen
un componente psicológico y social muy importante que no afecta únicamente al
que la padece sino a todos a aquellos que están a su alrededor.
Este factor social
nos implica a los docentes ya que estamos inmersos en una microsociedad llamada
“colegio”, “instituto” donde las relaciones interpersonales entre alumnos
pueden ser el detonante de estos trastornos y por ello nosotros debemos estar
muy atentos para poder evitar o detectar tempranamente cualquier caso.
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